domingo, 13 de enero de 2013

Mi Parto

¡¡¡Hola!!!

Pufff, cuánto tiempo sin aparecer por aquí...

Hoy quiero compartir contigo por qué he decidido dedicarme al Yoga en el Embarazo, que tiene mucho que ver con mi experiencia al dar a luz.

Durante mi embarazo recuerdo haberme sentido como una Diosa en muchos momentos, a pesar de las naúseas, mareos y situaciones emocionales conflictivas que vivía por aquel entonces. Me sentía fuerte y poderosa y aún así acabé renunciando a mi poder. Y dejé que los demás decidieran por mí. Y obedecí a los expertos. Y me desconecté de mi intuición y mi voz interior.

Mis miedos inconscientes y la total desconexión de mi cuerpo me llevaron a vivir un parto y un puerperio totalmente traumáticos. Pilar nació hace ya casi ocho años por cesárea programada por presentación de nalgas. Recuerdo que, gracias a mi ignorancia, yo estaba encantada porque no iba a tener que parir y me convencí de que la cesárea sería maravillosa, más "fácil" que vivir un parto vaginal que me aterraba.

Pero las cosas no siempre salen cómo una planea. Todo se complicó y perdí el control de la situación. Yo que siempre he sido tan controladora. Y descubrí que la cesárea es algo bastante más serio de lo que pensaba. Me sentí indefensa, incapaz, impotente, abandonada y muy sola. Durante muchos años he cargado con toneladas de dolor, rabia y culpabilidad por haber permitido que todo aquello me sucediera: ¿era imprescindible la cesárea? ¿por qué la adelantaron? ¿por qué la insensibilidad de la mayor parte del personal sanitario? ¿por qué la falta de información y de capacidad de decisión? ¿por qué la anestesista y la ginecóloga fueron tan frías y distantes? ¿por qué tanta prisa en el quirófano? ¿por qué la anestesia general totalmente inesperada? ¿por qué la separación de mi hija durante las primeras horas? ¿por qué me desperté llorando en una sala de reanimación preguntándome si mi niña estaba viva y a dónde se la habían llevado? ¿por qué fui la última en verla? ¿por qué la falta de apoyo en el hospital a mi decisión de dar el pecho? ¿por qué las grietas sangrantes al inicio de la lactancia? ¿por qué aquel dolor que me desgarraba las entrañas en la cicatriz? ¿por qué mi depresión post-parto encubierta por una sonrisa profidén? ¿por qué me sentía tan vacía si tenía una niña sana y preciosa? ¿por qué las cosas no salieron como yo esperaba? ¿era necesario tanto sufrimiento?

Todas estas preguntas me han atormentado muchísimo tiempo, el que necesité para aceptar la respuesta: era la experiencia que yo necesitaba vivir para poder ser hoy quien soy y para ser capaz de comprender el sufrimiento innecesario de millones de bebés y mujeres durante una fase fundamental en sus vidas: el embarazo y el parto. Y bendigo y agradezco mi vivencia por haberme permitido descubrir tanto sobre mí misma y sobre mi sombra. Y me felicito por tener las agallas de superarlo, llorarlo y respirarlo y quedarme con lo mejor de la historia, mi hija y el yoga. Y por haberme dado una buena parte del impulso necesario para cambiar de vida y dedicarme a algo que me encanta y con lo que puedo ayudar a muchísimas personas.

Hoy sé que existen formas maravillosas y empoderantes de vivir el embarazo y el parto desde la conciencia y el amor. Y he conocido a mujeres que las han vivido y sirven de ejemplo para las demás. Y también he hablado con muchas más que guardan en su alma las cicatrices de sus partos. Pero el sufrimiento no es necesario y las cosas están cambiando. Y el cambio empieza en cada mujer que decide vivir su embarazo de forma consciente y responsable. Y que busca información y apoyo para prepararse y poder decidir libremente cómo disfrutar de uno de los momentos más importantes de su vida y de la de su hijo. Porque la forma en que nacemos nos marca y todo cambia si venimos al mundo rodeados de amor en vez de violencia, aunque esta sea socialmente aceptada y disfrazada como avance científico y te la vendan "por tu bien".



Para entender el sufrimiento de los demás es preciso ponerse en su lugar y con vídeos como este resulta más sencillo, o no?

Y tras sufrir podemos optar por dos caminos:
   -cerrarnos y bloquear nuestras emociones perpetuando nuestros miedos y nuestro papel como víctimas/verdugos, que fue lo que hice yo durante varios años.
   -o abrirnos y experimentar las emociones atascadas para liberar el pasado y poder crear un presente diferente.

Esto es lo que llevo haciendo los dos últimos años y para ello he necesitado el apoyo de maestros y testigos cómplices que me sostuvieron cuando me derrumbé y me ayudaron a levantarme reinventada y fortalecida. En el tema del parto han sido fundamentales dos seres muy especiales a los que quiero darles las gracias de corazón: Óscar y Elizabet. Con su ayuda, he sido capaz de transformar mi sufrimiento en una labor útil y gratificante con la que puedo ayudar a los demás: mis clases de yoga en el embarazo.

Contar tu parto es algo terapeútico y liberador y yo he conseguido hoy por primera vez hacerlo sin llorar o ponerme a la defensiva, llegué a pensar que nunca sería capaz...Gracias por escuchar sin juzgar.

Un besazo,
Silvia









2 comentarios:

  1. Silvia, ¿conoces la lista de Apoyocesáreas de El parto es nuestro? Es un grupo en el que puedes sentirte escuchada, comprendida... y si sientes que tu "duelo" ya ha sido superado... apoyar y ayudar a otras mamás que pasaron por una cesárea o luchan por evitarla.
    Bea (mamá de Darío y Leo, ambos por cesárea)

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  2. Enhorabuena por haber "parido" este post. Estoy convencida de que con él ayudarás a más de una madre que tienen dudas y miedos igual que lo tuviste tú en su momento. Gracias por compartirlo con tod@s :)

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Gracias por enriquecerme con tu punto de vista